– ¿Quién es Francisca Rivera?
Qué pregunta más difícil. Yo soy una persona curiosa que disfruta de la vida y asume riesgos para ello. El riesgo de cometer errores, de experimentar cosas nuevas, de apasionarse, de fracasar y desandar lo andado para empezar de nuevo. Todo ello ha sido lo que me ha traído a la fotografía, de la que me mantuvo alejada mi vida profesional hasta hace 25 años.
– ¿Cómo fueron tus comienzos en la fotografía? ¿Recuerdas tu primera foto?
Desde que era pequeña hice fotografías analógicas de recuerdo y viajes, empezando con la cámara de mi padre. Pero el comienzo de mi afición a LA fotografía coincide con el regalo de una camarita digital compacta, de las primeras, que hoy saldría perdiendo frente al móvil más cutre, pero que me permitió experimentar a placer sin el gravamen del coste del revelado, y pudiendo visualizarla en una pantalla de forma inmediata. Fue como una revelación, un milagro y un flechazo, todo a la vez. El pequeño tamaño y peso de la cámara me permitía llevarla a todas partes y hacer todo tipo de fotos.
Empecé a ver fotos a diario, a leer sobre fotografía, a enamorarme de los grandes fotógrafos y a “ver” la realidad en formato fotográfico. Entonces descubrí una web de fotografía llamada Ojo Digital, en la que, después de muchos remilgos, me inscribí. Y empecé a subir mis fotos y recibir críticas. Y también a valorar y criticar fotos de los demás. De ambas cosas aprendí muchísimo. También me permitió conocer a gente aficionada a la fotografía con la que compartir momentos e inquietudes. Pasé de una web a otra y de una experiencia fotográfica a otra hasta llegar hasta aquí.
– Nos conocemos, al menos de forma virtual, desde hace varios años, de cuando subíamos nuestras primeras fotografías a foros de internet esperando que los más expertos no nos diesen demasiada caña. Después de superar ese primer “bache” donde se te amontonan los conceptos teóricos y todo parece demasiado complicado, ¿entiendes la fotografía como un proceso artístico, o es algo más técnico?
Ambas cosas son necesarias. En el desarrollo a lo largo del tiempo, primero viene curiosear y probar, hasta llegar a apasionarse con el aspecto artístico de la fotografía. Y luego aprendes técnica, que te permite hacer lo que quieres y obtener una obra “redonda”. Sin la primera no tiene lugar la segunda; y sin la segunda no se logra al completo la primera.
– En tu galería podemos ver paisajes, bodegones, retratos, fauna… ¿En qué estilo de fotografía te encuentras más cómoda?
Pues sí, con esos géneros que citas me encuentro cómoda. No he hecho macrofotografía ni fotografía de estudio. Sin embargo, desde hace tiempo, lo que más me satisface es la fotografía diurna de larga exposición, en la que puedo modificar el agua en movimiento, combinándola con elementos estáticos, y en la que frecuentemente aparecen personas siempre tomadas desde una perspectiva lejana, sumidos en el paisaje, a veces en movimiento y a veces quietas. Con cierta frecuencia digo que ya no sé disfrutar plenamente de hacer fotos si no uso el trípode y mis filtros. Bien, no es tan así, pero es una temática recurrente y que me satisface mucho.
– ¿En cuantos países has estado? Si sólo pudieses elegir uno, para hacer fotografías, ¿cuál sería? ¿Es la luz igual en todos los sitios?
Casualmente contabilicé no hace mucho los países en los que he estado, a través de una página web que lo facilita y lo traduce en un mapa. Y si no me he equivocado, he visitado un total de 63 países, de los 257 que existen. Ya ves, poca cosa, teniendo en cuenta lo que me queda por delante.
Cuando no hacía fotografía pensaba que los países de África subsahariana eran aquellos con los que más me identificaba a nivel vital. Pero luego descubrí la luz de los países del norte, con sus anocheceres inacabables y llenos de color, con esa luz tenue, tan alejada de la explosión de luz mediterránea en la que me he criado. Y sus paisajes de hielo y nieve, vacíos de gente. He visitado
todos los países nórdicos, Islandia (¡3 veces!), Groenlandia, las
islas Svalbard (tan sólo a 1000 km del polo norte magnético), la Patagonia chilena y Argentina.
Pero sobre todo me gusta conocer todos los ambientes y culturas de este mundo y mi próximo proyecto, que voy cumplir pronto, son los Andes peruanos, el cual, respondiendo a tu pregunta, es el que elegiría para fotografiar. Siempre el próximo.
– ¿Por qué haces fotografía? ¿Qué significa para ti la fotografía?
Ya he contado que la fotografía fue para mí un enamoramiento súbito, que se transformó en una pasión duradera que ha desbancado a algunas otras aficiones y actividades a lo largo de los años. Siempre digo que el día que deje de disfrutar con la fotografía, dejaré de hacer fotos.
El día que deje de encontrar retos, de aprender, de concebir nuevas imágenes, de apasionarme… ese día lo dejaré. Pero no ha ocurrido en 25 años, ni parece probable que vaya ocurrir por el momento.
– ¿Qué fotografía te gustaría hacer? ¿Y una que nunca harías?
Supongo que todos tenemos asignaturas pendientes. Algunas “escuecen”, otras no. Por ejemplo, la macrofotografía no me “escuece”, pero el retrato sí, y en concreto el retrato con una iluminación adecuada, ya sea exterior o interior.
No me refiero al retrato de moda o con glamur.
Nunca haría, y así respondo a tu otra pregunta, retratos de chicas ligeritas de ropa. Es más, me enfada que cuando paseo por grandes webs de fotografía y los retratos más valorados y vistos son los de “chicas monas”, con o sin ropa.
Incluso en los paisajes o interiores, si hay que incluir una persona, suele ser una chica, no un hombre. Por el contrario, admiro esos fotógrafos que son capaces de captar “la esencia” de una persona en una fotografía. Un ejemplo del tipo de retratos a los que me refiero son los de Pierre Gonnord, por citar alguien actual.
– Un fotógrafo/a, una foto y una canción
Hay un fotógrafo que me apasiona y es Robert Mapplethorpe. Sus obras más conocidas fueron los, en su día, “escandalosos” desnudos masculinos, a veces sexualmente explícitos, siempre en blanco y negro, y siempre en estudio, técnicamente magistrales. Para mí, sus desnudos masculinos, y en especial los de hombres de raza negra, muestran una belleza sólo comparable al esplendor de los desnudos de la antigua Grecia. Si bien fueron los desnudos los que le
proporcionaron fama y escándalo, también fotografió magistralmente flores y bodegones, siempre desde una perspectiva de la belleza sensual (o incluso sexual) de la propia materia, y que para mí son objeto de culto.
Lo de las canciones ya es más difícil. He de decir que mi juventud transcurrió con música de rock and roll, o pop. La cultura del flower power, vamos. Por eso me encanta cualquier buena pieza de rock, o una balada al estilo de las de Crosby, Still, Nash & Young. Pero de quien disfruto de una forma especial es de la voz y el sentimiento de Janis Joplin y sus blues.
– ¿Qué consejo darías a una persona que empieza a hacer fotografía?
Que experimente con todo, que vea muchas fotos, que se introduzca en el mundo de los aficionados a la fotografía compartiendo ideas y fotos, que lea sobre fotografía. Si no le gusta, que lo deje, porque si le gusta ya no podrá dejarlo.
– ¿Dónde podemos seguir tu trabajo?
Quise tener un lugar donde se pudieran ver mis fotos, las que, en su momento consideraba aceptables, y empecé con www.frivera.es, para lo cual adquirí un dominio y me ayudaron con una aplicación que permitiera la visualización de fotos. Esto se ha convertido en un almacén polvoriento, porque no la he actualizado y no he borrado ni una sola foto desde el primer día; la aplicación está obsoleta y, en definitiva, no sirve para mostrar las fotos que actualmente merecen la pena.
Por otra parte, empecé a subir fotos a una web, 500px, y creo que lo que muestro ahí, es más aceptable, y el formato en el que aparece también:
https://500px.com/p/frivera
– Me alegra que me hagas esa pregunta. Es lo típico de las entrevistas, ¿no? Pues vas a ser tú misma quién la haga: ¿Qué pregunta te hubiera gustado encontrar en esta entrevista y no está?
Vaya, esa pregunta es a traición, y la verdad es que no sé bien qué contestar. No tenía expectativas previas y he contestado lo más honestamente posible.
Las preguntas me parecen adecuadas y he intentado trasmitir mis sentimientos y experiencias sobre la fotografía tal como yo la vivo.
– En la anterior entrevista, Lola Gutiérrez, dejaba esta pregunta en el aire: Una buena fotografía ¿se busca o se encuentra?
Pues sí, ésta sí que es una pregunta interesante, porque creo que cada persona lo experimenta de una forma distinta. Hay personas que planifican al extremo sus fotos, como en el caso de la fotografía nocturna, porque hay que saber, por ejemplo, el lugar por el que va a aparecer la luna sobre el horizonte, para colocarla adecuadamente en el encuadre; o la vía láctea o el radiante de las estrellas fugaces. En estos casos se hace una salida fotográfica para obtener a veces sólo una o dos fotos. Este es un aspecto de la fotografía que me gusta mucho, pero también creo que hay un espacio para la espontaneidad, las fotos que “se encuentran”.
Está claro que las fotos no van a aparecer delante de tu objetivo como por arte de magia, pero a mí me ha pasado muchas veces, ir caminando y volver sobre mis pasos porque me he dado cuenta de que algo más atrás “había una fotografía”. Eso de “ver una foto” es algo intuitivo y creo que muy valioso, que hay que cuidar y cultivar.
– A ciegas. ¿Una pregunta para la siguiente persona que entreviste?
Pueess… por ejemplo (y a traición):
¿Qué es lo que te llevaría invariablemente a dejar la fotografía?